Primera mujer
por Roberto García González.
Se encuentra documentada su lucha incesante por mejorar la condición de las mujeres en la sociedad mexicana de mediados del siglo XX, desde sus estudios profesionales. Se licenció en 1945, en la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNAM con la tesis “La condición de las mujeres en el derecho del trabajo”. Su visión llegaba años antes de que el presidente Adolfo Ruiz Cortines emitiera el decreto de ley que permitía a las mujeres votar y ser votadas, en 1953.
Su ascenso en distintos cargos públicos relacionados con la materia laboral no se detuvo hasta que, en 1954, fue designada como Presidenta de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, por quien entonces ocupaba la titularidad de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social: Adolfo López Mateos, quien años después, ya como Presidente de la República, la nombró Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En ambos casos, fue la primera mujer en ocupar tales posiciones.
El día de su toma de posesión en el cargo que más se le ha recordado -un 16 de mayo como este-, dijo en su discurso de respuesta a las palabras del Presidente de la Corte: “El derecho no puede permanecer estático como un producto del hombre. Necesita para su eficacia, el indispensable acoplamiento a sus formas sociales de evolución”.
Ha sido de las personas más longevas ocupando la responsabilidad de ministra en el máximo tribunal del país: desde 1961 hasta su jubilación, en 1986.
Como experta en Derecho del Trabajo, son recordados especialmente sus investigaciones y aportaciones sobre el trabajo a domicilio y el trabajo de menores.
Nació en la ciudad de Oaxaca, en 1918; murió en la Ciudad de México, en 1993.
Desde 2016, la Corte entrega cada año una medalla con su nombre, al mérito judicial femenino.
María Crisitina Salmorán de Tamayo; esta página celebra un año más de su encumbramiento como una de las más grandes abogadas en la historia del México contemporáneo.